Internet, ¿derecho humano? |
Juan Pablo Nieto |
Para informarse, aprender de nuevas ciencias, debatir ideas u organizar un partido de fútbol, el transporte de la información es vital en cualquier sociedad. |
En un artículo anterior [v. Al día Octubre 2012 p. 5 → http://bit.ly/Pm6 K85] hemos hablado de telecomunicaciones, estudiando su impacto en la sociedad y las nuevas oportunidades que brindan a las nuevas generaciones, así como la necesidad urgente de parte de los distintos gobiernos de acortar distancias de acceso a la información entre distintos tipos de sectores socioeconómicos. Y todo esto nos lleva a la base del acceso a las telecomunicaciones. La información. Este fluido intercambio de ideas genera mayor conocimiento y una mejor heterogeneidad del mismo entre los ciudadanos, favoreciendo las ideas básicas del republicanismo. La igualdad entre los ciudadanos se alcanza solamente cuando solo nos diferenciamos por nuestras virtudes, y los gobiernos deben darnos la misma igualdad de oportunidades para poder superarnos en ellas. Pero es también importante que este acceso a la información no esté limitado. La prensa ha sido llamada el «cuarto poder», ya que a través de la emisión de cierta información puede modificar sensiblemente la percepción del ciudadano, cambiando su opinión. Esto puede ser mucho más fuerte que cualquier otro poder del Estado y beneficiar a algunos grupos privados a favorecer sus intereses, algo que ha sucedido a lo largo del tiempo, debido a que la creación de un medio de prensa requiere inversiones importantes, costos continuos y por supuesto, la autorización gubernamental. Sin embargo, el Internet nos brinda otra herramienta distinta a las establecidas, que claramente revoluciona ese establecimiento del cuarto poder. Al no existir un claro lineamiento de que se puede escribir o no en la red, con servidores distribuidos globalmente evitando controles de un solo gobierno y con costos bajos para los que comienzan, las distintas opiniones pueden ser vertidas y todos los puntos de vista reflejados. Solamente a través de la libertad de la información el ciudadano será capaz de recibir, reflexionar y concluir sus ideas, sin necesidad que ningún interesado le diga qué o cómo pensar. Aunque varias corrientes filosóficas aún discuten su verdadero significado, la «verdad» es algo buscado por todo ser humano y entiendo que para alcanzarla es necesario el acceso a cualquier medio de información posible. «Veritas liberabit vos», o «la verdad os liberará» en castellano, es una prima máxima que contempla lo valioso que es conocerla, y para ello, poder acceder a la información que nos dirija hacia la misma. Algo que muchos gobiernos saben, y por ello, intentan que sus ciudadanos no la alcancen. El acceso a Internet es la fuente más democrática y fácil de acceder a la información y con ello, liberar al ciudadano del intento constante de interesados en guiar su atención a puntos en particular. En esta época, deberíamos comenzar a verlo como un derecho fundamental. |
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