Propiedad privada, servicios (demasiado) públicos |
Jorge Benedykt |
La situación de ser dueños de una propiedad ocupada por intrusos |
Muchas veces hemos visto, sabido, nos han contado o hemos vivido la situación de ser dueños de una propiedad que por diversos motivos quedó vacía y acabó siendo ocupada por intrusos o llamados precarios y vulgarmente «ocupas». Esto es bastante común hoy en día ya que las leyes en estos casos son bastante permisivas y la justicia lenta. En otras ocasiones es el temor a enfrentarnos a los intrusos que, si bien en muchos de esos casos son gente de bien y humildes trabajadores a los cuales los diferentes gobiernos han olvidado al faltar con su mínima obligación de darles un techo digno, en muchos otros casos se trata simplemente de ocupas peligrosos en busca de un lugar donde refugiarse y poder entregarse a sus vicios y su vagancia. Lo que es inconcebible es que somos obligados como buenos ciudadanos a pagar nuestros impuestos, impuesto de Primaria, contribución inmobiliaria, etcétera, mientras que quien está ocupando nuestra propiedad no paga nada. Esto, por un lado está absolutamente correcto, debemos contribuir para sustentar la educación, la administración pública, la manutención de nuestra ciudad y el orden público. Lo que no se puede concebir es que tengamos que también pagar, en estos casos, el confort de quienes están ocupando de forma indebida nuestras propiedades. Es cierto que la ley nos permite —en ciertos casos— «cortarles» la luz y el agua, pero también es cierto que esto no resuelve nada ya que, por un lado la energía eléctrica se consigue fácilmente «enganchándose» a un vecino o al propio alumbrado público, lo que es fácilmente visible en algunos barrios mas alejados del centro de Montevideo donde un enmarañado de cables cruzan de un lado a otro como una enorme tela de araña y donde ningún inspector se anima a entrar o discutir el asunto. Por otro lado tenemos el agua. Si usted se dirige a OSE, es muy fácil y muy rápido pedir la conexión del agua, no se necesita contrato de alquiler, título de propiedad, ni motivo alguno, apenas dar la dirección, presentar la cédula de identidad, hacer la solicitud, ¡y pronto! Nadie le pregunta si la casa es suya, si tiene contrato de alquiler, si conoce a los dueños. Desde hace algún tiempo paso por esta situación. Tengo una propiedad, en condominio con otras personas de mi familia, que fue ocupada hace más de diez años por una persona. Esta, al pasar el tiempo, fue convirtiendo la casa en una pensión donde hoy viven varias familias con un total de aproximadamente diez personas. Cortarles el agua no fue difícil, apenas algunas horas de espera, documentos, consultas internas, es decir, fue relativamente fácil. Que los que ocupan la propiedad de forma ilegal vuelvan a tenerla es más fácil aún, impedir que lo hagan… imposible. No se puede solicitar que no se les suministre agua ni con los títulos de propiedad en mano, ni con el proceso de desalojo por precarios en andamiento, ni con «reza brava». Simplemente, no se puede y punto. En cuanto a la energía eléctrica, este es un tema aparte. Según los abogados no se los puede dejar sin luz sin correr el riesgo de enfrentarnos a un proceso judicial ya que son ellos los que la están pagando y no está a nombre de ninguno de los propietarios. La propiedad es privada, los servicios son públicos, para la propiedad de quien sea y para quien quiera. El abuso es permitido y es público. |
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