Volver al país

Liber Trindade

 

¿Quién no tiene un familiar en el exterior? Muchos de ellos desplazados en alguna de las tantas crisis que ha tenido nuestro país, cada vez más agudas, pero hoy sobre todo, de surgir una nuevamente, con una sociedad totalmente sin cultura de trabajo para hacerle frente.

Recuerdo que en el 2002 se fue mi hermana para Alicante, España. Ganaba dos pesos en Don Peperone, mil horas de laburo, un niño pequeño, y optó por ese camino que eligieron miles, ir a hacerse la Europa. Y por supuesto su vida cambió, un lugar digno para vivir, la hipoteca, dos autos, buen pasar, pero a base de muchas horas de laburo, tal vez las mismas que acá pero con otro resultado. Por supuesto, ahora está pasando la crisis de España con un 22% de desocupación, siguen trabajando sin problema, las hipotecas son impagables, entregan su propiedad al banco y siguen alquilando, a mitad de precio.
Muchos ante esa situación han decidido volver a nuestro país, semanalmente vemos en la calle autos con matrícula de la Comunidad Europea que se han traído y hoy podemos ver en la prensa cómo se sorprenden por lo difícil que es volver, hacer trámites, abrir una cuenta en el banco, conseguir una vivienda.

¿Pero acaso se creen que para los que estamos acá es más fácil? Abrir una cuenta también es una tortura, algo tan sencillo como solicitar un poco de cambio te la hacen difícil, y solo hablo de 3000 pesos uruguayos en billetes de 500 pesos o de 200 pesos. Pongo como ejemplo el Banco Itaú, para poder solicitar cambio, tenés que enviar un fax al banco con cuarenta y ocho horas de anticipación, con el detalle de cambio solicitado, y por tal motivo te debitarán 200 pesos de tu cuenta corriente. De lo contrario llegarás al banco, emitirás un cheque por ejemplo de 40.000 pesos y te darán cuarenta billetes de 1.000 pesos, cuando no te toque algún billete de 2.000 pesos. Le podrás pedir al cajero que te haga el favor de por lo menos darte dos billetes de 500, o cinco billetes de 200, la respuesta casi siempre será la misma, no tenemos cambio. Recuerdo que el año pasado me rebotaron un cheque con el que habíamos pagado el BPS, no les coincidía la firma, no fueron capaces de llamarme y debí pagar las multas y recargos, sin embargo ese día pagaron otros cheques con la misma firma.

Esa es la atención que recibimos del banco los uruguayos que nos quedamos, ante mi reclamo el gerente del banco me contestó que si no me servía había cientos de bancos en la plaza.

Cuando todos estos uruguayos emigraron del país, las tasas que estaban cobrando las tarjetas de crédito eran de 182% anual, cuando nuestro riesgo país había llegado a los 3000 puntos en plena crisis, sin embargo en un país en crecimiento, con prácticamente 100 puntos de riesgo país, los bancos te cobran una tasa de sobregiro acordado de 80%, algo similar a lo que cobran las tarjetas de crédito. Claro, ahora estamos protegidos, si se funde algún otro banco, por ley deberá devolverle al propietario de la cuenta hasta 5.000 dólares, aunque este tenga varios miles de dólares depositados, por lo que siguió existiendo el Colchón Bank y en los últimos años han sido por cientos los copamientos y robos de cajas fuertes, dentro de ellas varias estancias en la zona de Rocha.

Cosas curiosas que recuerdo de los bancos, el Banco Bandes, para otorgarte un crédito para la compra de un vehículo en el 2006, por montos que superaran los 5.000 dólares, te exigía prenda del vehículo y además que hipotecaras una casa, lo que me resultó un tanto abusivo.

Es difícil acceder a la vivienda para quienes regresan, sin embargo para los que se quedaron acá ha sido directamente imposible. En el Gobierno anterior se construyeron muy pocas soluciones habitacionales, toda esta mega construcción que se está dando es la misma burbuja inmobiliaria que los ha hecho regresar. ¿Cuántos uruguayos pueden acceder a construcciones que superan los 200.000 dólares con pocos metros cuadrados?
En lo personal por quedarme acá he sufrido decenas de robos, perdí vehículos, el contenido de casas, herramientas nuevas sin haber pagado ni la primera cuota, todo esto con valores astronómicos por lo caro que es todo lo importado, producto de los impuestos que le carga el Estado. Sin embargo, hoy vemos cómo se les exonera a los que regresan a nuestro país el pago de impuestos para que puedan traer sus herramientas.

Lo mismo surge con los vehículos, nuestras calles están saturadas, comprar un vehículo para poder trabajar ha sido titánico, nos cobran un 50% o más de impuestos sobre el valor del vehículo, autos que en Chile se comercializaban a 11.500 dólares en Uruguay el mismo modelo se cobra a 24.000 dólares. Ahora bien, quienes regresan al país pueden traer su vehículo sin impuestos pagando solo el flete, al igual que el caso que describía de las herramientas.

Podríamos seguir con los ejemplos sobre la realidad que nos tocó a los que nos quedamos a vivir y luchar en este país, un verdadero tormento. Como conocemos los detalles, el Gobierno apela al voto de los uruguayos que están el exterior, porque en realidad quieren que se coman la pastilla y venderles lo bien que estamos, mientras los que vuelven al país se dan de frente con la triste situación de todo tipo de trabas.

A todos los que están regresando, bienvenidos sean, este es su país. En los personal para aquellos que hace trece años que se fueron, les digo que tengo trece años más de sufrimiento en este país, de explotación de los Gobiernos de turno. Somos todos uruguayos, pero acá no debe haber concesiones, vivimos en el tercer mundo, espero que den su lucha, no por los repatriados, sino por todos los uruguayos. Uruguayos somos todos, los que se fueron, pero uruguayos también son los que se quedaron pagando impuestos, los que se fundieron por defender lo que tenían.

 
 
 
 
 
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