¿La Década Ganada o la mayor pérdida de oportunidades? |
Jorge Castro Latorre |
¿Cómo está aprovechando Uruguay esta década de crecimiento? |
En ancas de las exportaciones agropecuarias, commodities básicamente, Uruguay lleva desde el 2003 una década de crecimiento. El valor de nuestros productos primarios nos lleva a tener un nivel de exportaciones como nunca antes, la recaudación del Gobierno central es excelente en ese sentido. Algunos le llaman la Década Ganada, en contraposición a la llamada Década Perdida de los 90. |
La pregunta, la gran pregunta... ¿Cómo está aprovechando Uruguay estas riquezas? ¿Cómo el Gobierno las redistribuye entre sus habitantes? He aquí el gran debe —o si se quiere, fracaso— del Gobierno, tanto del de Tabaré Vázquez, más allá de su popularidad, como del de José Mujica, que claramente defrauda incluso a sus propios votantes. Vayamos a la educación: estamos asistiendo a los más altos presupuestos que el país haya podido otorgar y dedicar a salarios e infraestructura. Los resultados, realmente nefastos: mala instrumentación de planes de estudio, diferencias en la conducción académica, con permanente rotación de autoridades, donde claramente predomina la repartija de cargos por cuota política. La salud pública, con enormes carencias: edilicias, de insumos y de personal, que dramáticamente han llevado a la muerte de personas por falta de atención. ¿Es esto política partidaria? Claramente no. Es la ratificación de hechos fácilmente constatables, como lo sucedido en Paso de los Toros y en Durazno, con dos jóvenes madres que fallecieron mal atendidas, lo cual está convirtiendo al Fonasa o al Sistema Nacional Integrado de Salud en un mero reparto de beneficios entre las mutualistas privadas, en fuerte detrimento de los más pobres, los realmente necesitados y carentes de posibilidades que se atienden en salud pública con un servicio deficitario. Claramente la reproducimos. Alto déficit de viviendas, barrios enteros sin ser realojados, un Plan Juntos que carece de la infraestructura necesaria para realizar viviendas en forma más organizada y rápida, familias enteras se pierden años entre el barro y la desidia, malos terrenos, y un ancla para mantenerlos en la pobreza. El Mides y sus planes claramente fracasan, los mantienen en la pobreza, no los sacan de ellas. Falta trabajo, mucho trabajo, con los barrios más desfavorecidos, no es admisible seguir viendo a la gente con sus niños trabajando en la basura y viviendo de ella en condiciones infrahumanas, sin protección sanitaria alguna. Las clases medias sufrimos el embate fiscal del Gobierno frenteamplista por medio del IRPF. Su «que pague más el que tiene más» se convirtió en impuestos al trabajo, al desarrollo y cuanto más trabajás, más pagás. Nos enojamos con el reparto del Mides, pues vemos cómo los dineros se desperdician sin que sean ayuda verdadera a los más pobres, los necesitados. En nuestras recorridas por los diferentes asentamientos vemos las enormes dificultades de la gente, el abandono, la falta de fuerzas para salir a una sociedad que les resulta altamente esquiva, que no les brinda las posibilidades de trabajo requeridas, malos empleos con magros sueldos, donde hoy 650.000 uruguayos ganan trabajando menos de 10.000 pesos, cifras oficiales del Gobierno y de la propia central sindical, que lo mencionó en el acto del 1º de Mayo. Hacen que sigamos con bolsones de miseria extrema, frente a los que este Gobierno se muestra inoperante en revertir. La sociedad toda debería de exigir más compromiso a todo el sistema político. Estamos mal que nos pese ante una nueva década perdida, tirando por la borda el crecimiento económico, sin solucionar los problemas básicos que la sociedad enfrenta. Tendremos por delante más pobreza, más inseguridad, con un Estado más grande que más recursos nos come, que se hace lento, pesado, irresoluto, donde los empleos públicos se suman, los puestos de particular confianza, la repartija de cargos, mientras la gente, el ciudadano común, sufre las consecuencias de ello. |
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