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Hace pocos días se escribió, en referencia al pacto entre blancos y colorados, una columna titulada «El que no trabaja, molesta»*. Esta columna es una de varias que apuntan a catapultar al pacto entre las dos colectividades históricas hacia el gobierno departamental, con lo que, como saben, estoy en desacuerdo, pero en lo que no me detendré ya que creo oportuno luego de ciertas instancias políticas respetar el trabajo del senador Ope Pasquet y que el cauce continúe hasta quién sabe dónde.
Asimismo, y antes de comenzar, deseo pedir disculpas a los lectores habituales, pero creo que la mayoría de ellos sentirán que a veces es necesario poner las cosas en su lugar, o al menos ponerlas en su lugar desde nuestra perspectiva, habrá quienes estén de acuerdo y quienes no, como es la vida.

Ahora, respecto a la frase «el que no trabaja, molesta», me voy a referir en profundidad básicamente por tres motivos: a) siento el deber de alzar la voz por todos aquellos que en el acuerdo o discrepancia sostuvimos al Partido Colorado en los peores momentos de su historia, atravesamos el desierto y garantizamos su existencia, b) en el Partido Colorado se debe respetar hasta el último momento la discrepancia y la libertad de expresión, así como las diferentes actitudes políticas que nuestros integrantes legítimamente asumen y c) porque quien escribió ese título tan ofensivo para nosotros todos los colorados y tan ofensivo hacia los ideales democráticos y republicanos parecería que quiere grandes responsabilidades, lo cual me preocupa mucho, aunque ya viene demostrando que parece no estar a la altura de las circunstancias.

Esta frase refiere exactamente a que quienes no trabajamos por el pacto blanquicolorado estamos molestando, o sea, si no pienso como este respetable señor, molesto. En este sentido vamos a puntualizar cada una de las razones de por qué no molestamos sino por el contrario contribuimos a la sanidad de un Partido y un país republicano y democrático.

¿Dónde estaba usted?
Este señor que nos descalifica por molestos por no pensar como él, me gustaría saber dónde estaba durante la década más oscura del Partido Colorado, donde día tras días nos decían que no podíamos y que íbamos a la extinción.

Muchos de los que según él molestamos por pensar diferente, conjuntamente con muchísimos que sí ocasionalmente comparten con él sus ideas pactistas fuimos aquellos que sostuvimos al Partido Colorado durante la peor crisis económica y política de nuestro país.

Sí estábamos trabajando desde la más humilde militancia durante la crisis del 2002, cuando nuestro Gobierno tenía un fierro caliente, estábamos trabajando e intentando en una misión imposible explicar las bondades de nuestro partido y del batllismo. Organizábamos charlas, reuniones, convocábamos amigos, cuando nadie quería estar.

Somos aquellos que repartimos con orgullo la lista colorada en el 2004, cuando recibíamos insultos y agresiones constantes. Pero lo peor, recibíamos la desaprobación de amigos, familiares y conocidos, todos desaprobaban lo que hacíamos.
Somos aquellos que luego de la paliza electoral nos quedamos en el Partido, nos quedamos trabajando y soñando con la recuperación. Somos aquellos que en un triste domingo de octubre nos quedamos en la casa del Partido, viendo cómo Julio María Sanguinetti saludaba hasta el último militante destruido y llorando en la Casa del Partido, y no éramos muchos.

Somos aquellos que recuperamos la fe con Pedro candidato a intendente, y acompañamos a un hombre que fue candidato cuando nadie daba un peso por nosotros, dejando el cuerpo y alma en esa batalla. Cuerpo y alma que dejamos muchos, entre ellos el hoy diputado Fernando Amado, que supongo que según usted también es un molesto por pensar diferente. Bueno, Fernando, cuando el Partido se caía a pedazos, era una locomotora joven y entusiasta que un día sí y otro también nos levantaba del piso, a mí y a muchos compañeros para que no decayéramos y siguiéramos soñando que sí se podía.

Somos los mismos que atravesamos un desierto de cinco años en que un día sí y al otro también nos decían que no podíamos, que nos extinguíamos.

Somos los que la peleamos y resurgimos de las cenizas gracias a mucho trabajo, convicciones y coraje. Usted hoy tiene un Partido Colorado donde aterrizar gracias a un puñado de colorados que mantuvimos viva la esperanza.

De estos colorados que aguantaron todo y se trabajaron todo, hay de los que apoyan el pacto y los que no, hay quienes son de Vamos Uruguay y quienes son de Proba, hay quienes son de Uruguay es Posible y hay quienes son independientes. Pero estese seguro de que los que nos quedamos y atravesamos el desierto al menos nos tenemos un profundo respeto, y también respetamos a los recién llegados porque queremos crecer y ser más, pero exigimos respeto.

Como primer consejo, recién arribado, le pido que sea humilde y respete al pueblo colorado que le permite hoy tener dónde llegar.

Democracia y republicanismo
¿Cómo puede usted tildar de molestos a las personas que piensan diferente? Los colorados nos respetamos profundamente en el acuerdo y en la discrepancia. Si usted tiene valores democráticos, valores republicanos, usted no podrá decir que por pensar diferente molestamos. En todo caso contribuimos a tener un partido y una república, usted no hubiera escrito tantos artículos y se hubiera esforzado en argumentar si no hubiéramos discrepado. La discrepancia siempre enriquece y de manera alguna puede molestar. Lo que sí molesta son pensamientos únicos, que no admiten la disidencia, y se sienten irritados y molestos porque no todos pensamos como usted.
Reflexione.

Grandes ambiciones
Por lo que se sabe usted pretende cargos importantes y representar al Partido Colorado en instancias electorales. Yo creo que si usted desea eso, deberá al menos pedir disculpas a la colectividad colorada por sus agravios y por su desubicación.

Todos son bienvenidos y todos tienen legítimas aspiraciones de ocupar lugares de representación de importancia, ahora le auguro un muy difícil camino. Tantos años fuera de Uruguay, y se ve que cierto grado de soberbia importante lo hacen ser una persona que no conoce al Partido Colorado, no conoce a su gente, pero lo que es peor, no respeta nuestro trabajo y nuestra historia reciente. Asimismo, parecería que no conoce la idiosincrasia uruguaya, nuestra cultura y nuestra forma de ser uruguayos. No sé si sólo se dedica a escribir en blogs, pero quizás, y si lo hace me parece bien, debería tener más contacto con la gente común de todos lados, desde Belvedere, Brazo Oriental, Aguada, Carrasco, Pocitos, El Cerro, el asentamiento los Reyes, o el Carrasco Polo Club.

Debería trabajar un poco menos en fórmulas electorales y trabajar más en la cancha, le va a hacer bien y su legítima aspiración lo requiere. Asimismo, auguro que a medida que se relacione nuevamente con el pueblo uruguayo y colorado no volverá a cometer el profundo error de titular un artículo como lo hizo. ||

(*) Publicada en Opinar, disponible en bit.ly/1afjTpa (N. del E.)