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Para tener más detalles sobre lo que allí se estaba desarrollando fue que entrevistamos al edil del Partido Colorado el Arq. Walter Alfaro, quien integra la comisión de asentamientos de la Junta Departamental de Montevideo.

El edil Alfaro, que tiene una clara vocación y sensibilidad por estos temas, nos indicó que en el marco del realojo de más de ciento diez familias del asentamiento «Las Duranas» de las márgenes del arroyo Miguelete la administración frenteamplista propuso a la Junta (y esta lo aprobó) la desafectación como espacio público de tres padrones municipales por un total aproximado de mil metros cuadrados, que están junto a un gran espacio público en el que hay diversos equipamientos comunes al barrio (escenario Pablo Estramín, juegos, cancha, etc.). La ubicación es el encuentro de las calles Pedro Trápani y Bayona (continuación de Reyes), en las cercanías del Parque Posadas y a pocas cuadras de la ubicación del asentamiento en cuestión.
En este día se reunieron más de doscientos cincuenta vecinos del barrio, con la presencia de las autoridades del Departamento de Planificación de la Intendencia y algunos ediles de los tres partidos políticos que integran la Junta.

De las ciento diez familias que se realojan, quince son las que se adjudican a estos padrones. Se les construirán viviendas que ocuparán en comodato y tendrán que pagar los servicios e impuestos, quedando las viviendas en propiedad de la Intendencia. Los vecinos presentes se oponen firmemente a que estas quince familias se instalen en el barrio. Declaran no haber sido consultados y que los realojados no tienen los hábitos sociales adecuados para integrarse al barrio.

No hay dudas de que el ejecutivo comunal debió realizar, antes de llegar a esta instancia, todos los esfuerzos necesarios para informar a los vecinos de sus intenciones. Puesta en conocimiento, difusión, explicación, cambio de ideas, aclaración de dudas. Todo lo necesario y tomando todo el tiempo imprescindible para que al menos los vecinos que se interesaran en el tema tuvieran oportunidad de plantear sus dudas y propuestas opcionales.

No fue así y ahora la situación es más compleja. Los vecinos se oponen tenazmente a recibir a los nuevos residentes y la administración pagará muy cara su falta de previsión tratando de recomponer la relación con aquellos a quienes no informó en tiempo y forma.

El edil Alfaro además agrega a nuestras consultas que el Partido Colorado también votó afirmativo en comisión este realojo, en el entendido de que ese proceso de información y discusión con los vecinos había sido realizado, pero no fue así, lo que nos deja una moraleja, «debemos verificar y recorrer cada lugar hablando con todos los vecinos que sea necesario para saber si esa imprescindible etapa se cumplió a cabalidad en cada caso».

Se vivieron dos horas en un ambiente de mucha discusión, con un malestar generalizado en todos los vecinos, que se sienten atropellados por la Intendencia de Montevideo y por el propio Municipio C, por lo que fueron muy duros con la alcaldesa y la directora Eleonora Bianchi. Particularmente era notorio en muchos vecinos que se manifestaron frenteamplistas su molestia por la forma en que trató el tema la comuna, ocultando todo el proceso y acelerando el paso una vez que esta situación tomó estado público. Quienes participaron, personas con gran arraigo en la zona, que con gran sacrificio construyeron sus casas, entienden que este realojo incide negativamente en el valor de sus propiedades y complica más aún la seguridad de la zona, donde ya no alcanza con alarmas, rejas y cercas eléctricas.

Tal vez el argumento que levantó más aplausos fue el de aquellas madres que salen a trabajar a primera hora como domésticas, haciéndolo en dos lugares, pagando alquiler, agua, luz, impuestos y que ven cómo otras personas son asistidas por el Estado sin ninguna contraprestación.

Las autoridades les indicaron que estos vecinos que serán realojados deberán aportar horas de trabajo para la construcción de sus viviendas, que no se las entregarán prontas, ya que les faltarán, por ejemplo, los pisos y la pintura, debiendo hacerse cargo ellos del pago de luz y agua. Como ejemplo pusieron el realojo que hicieron con similares características del asentamiento de Candelaria. Me permito indicar que el 27 de abril transmití el programa 105 de Montevideo contigo en vivo desde el barrio Aquiles Lanza (http://youtu.be/ EN70wHCbpx8), que es adonde realojaron a estos vecinos, constatando el deterioro del barrio, casas que se entregaron con los frentes sin terminar, que paulatinamente las fueron terminando los vecinos con un mal aspecto, una casa incendiada, una casa donde se recicla en el frente y quien espera que la jueza le adjudique el uso de la vivienda duerme en el porche con su caballo para que no se lo roben. Allí los vecinos pagan agua y luz y hay planes Mides que los subvencionan en gran parte. Hace más de tres años que viven allí y no pagan ninguna cuota por la casa que recibieron. Uno de los entrevistados nos indicaba que muchos vecinos no pueden pagar una unidad reajustable como cuota, pero sin embargo llama muchísimo la atención que la mitad de las viviendas lucen las antenas de DirecTV en los techos, que en el más accesible de los planes también cuesta aproximadamente una unidad reajustable.

Por tanto, si los vecinos se fueran a llevar por los ejemplos de convivencia que les presenta la Intendencia, es evidente que va a aumentar la disconformidad con lo actuado y se espera por acciones más drásticas que llevarán adelante buscando frenar estas obras.

La forma en que presentan cómo es que se eligió este predio, priorizando no trasladar a las familias más lejos para no desarraigarlas de su entorno, porque allí tienen a sus familiares, generó más gritos de quienes indicaban les tenemos que regalar todo y hasta tener en cuenta los reclamos de que no quieren ir a otro lado, quién piensa en nosotros que apenas pisamos nuestras casas para poder trabajar.

Ahora la propuesta fue que los vecinos formen una comisión para seguir avanzando en las negociaciones con las autoridades, pero no se vislumbra una marcha atrás.