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El objetivo de ellos era oír de boca del comisario cuáles han sido los avances en la investigación, sin embargo, este se negó a salir a la puerta. A pesar de que estuvieron más de media hora y los ánimos se comenzaron a caldear, el comisario no accedió a salir.

Un vecino ingresó a hablar con él para tratar de convencerlo. Los vecinos no pedían nada extraño, incluso muchos estaban con sus niños pequeños en brazos, toda gente de familia. Al salir, el vecino confirmó que el comisario no saldría a dar la cara y que ya tenían listos a los «Power Ranger», en clara alusión a la fuerza de choque que ya estaba apostada en el patio de la comisaría.

Esto, sumado a que en esos minutos había salido un agente de la policía, preguntando e incluso afirmando cómo podía ser que ningún vecino hubiese visto nada el día en que sucedieron los hechos, teniendo delante suyo justo al padre del fallecido, quien tuvo que atender a su moribundo hijo en el piso, aumentó más aún la presión. Una actitud desmedida del agente, que en otra situación podría haber sido como encender un mechero en un polvorín, diciendo en su defensa que no contaban con personal para investigar, ante el abucheo de los presentes.

Minutos después los vecinos, un centenar de personas, se pararon en medio de la Av. Carlos María Ramírez con cánticos, pidiendo justicia, buscando organizarse rápidamente para las próximas acciones a tomar.

Un elemento negativo y que se debería analizar es que no resulta conveniente que un comisario salga a la prensa, como lo hizo anoche en Canal 10, informando que estaban detrás de dos hipótesis pero en ninguna de ellas el móvil era el robo, puesto que arroja un manto de duda sobre la memoria de un trabajador, de un padre de familia, por lo que no se deberían difundir estas hipótesis hasta tanto confirmarlas. Esta situación obviamente cayó muy mal en todos los presentes.

Tampoco me pareció oportuna, en el informe de Canal 10, la mención a las declaraciones del «colorado» Liber Trindade, cuando había sido claro que era la simple manifestación de un ciudadano, porque en estos temas no puede haber tinte político-partidario. Dudo que en los cientos de asesinatos que ha habido en los últimos años a manos de delincuentes, estos les hayan preguntado a sus víctimas si eran blancos, colorados o frenteamplistas, simplemente gatillan con total impunidad. A ningún padre que esté llorando sobre un cajón a su hijo asesinado le vamos a preguntar la filiación política de su hijo. Cuando vertimos nuestros comentarios, lo hacemos luego de confirmar la información y por supuesto preservando la fuente, con la mayor seriedad en nuestra forma de comunicar. ||