| Con fórceps |
| Consuelo Pérez |
Idas y venidas del Ministerio de Salud Pública con relación a la aplicación de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano. |
Las idas y venidas del Ministerio de Salud Pública (MSP) con relación a las decisiones referentes a la aplicación de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (HPV) no hacen más que desnudar la falta de criterios en el Gobierno, que debería dar garantías y transparencia a la población, sobre todo en temas de alta sensibilidad, como lo es el mencionado. Sería largo y paradigmático indicar en forma cronológica las distintas instancias por las que pasó la consideración de la vacuna en el MSP, y los cambios de posición y argumentos a favor y en contra que tuvimos que escuchar. Recordemos que en determinado momento, ante tanta opinión a veces discordante, se decidió recabar una unanimidad técnica, para lo cual se contó con un exhaustivo estudio que está disponible en la página de la Comisión Honoraria de Lucha Contra el Cáncer, y que fue realizado en forma conjunta por dicha Comisión, en colaboración con la cátedra de Oncología Médica de la Facultad de Medicina, la Sociedad de Oncología Médica del Uruguay, el Programa de Prevención de Cáncer de Cuello Uterino y el Programa Nacional de Control del Cáncer. El estudio realizado, que pretendía dar un mensaje claro a la población, recomienda como conclusión el uso de la vacuna. No obstante, el MSP no compartió los criterios del informe, y sin dar explicaciones técnicas de la calidad de las que se le presentaban, descartó la inclusión de la vacuna dentro de sus prestaciones, por supuesto que creando una enorme brecha entre quienes podrían pagarla —cuesta unos 500 dólares— y quienes no. El ministro Venegas y su subsecretario Briozzo, que en general no están de acuerdo en sus criterios y decisiones, sí lo estuvieron a la hora de afirmar que la oposición estaba «politizando el tema». Poco importó en esa instancia al «Gobierno progresista» que el informe mencionado, de veintiocho páginas, confirmara que en el Uruguay se producen unos 350 nuevos casos al año, conjuntamente con 140 fallecimientos por esa causa, que podrían evitarse con la vacunación, como poco le importó la insensibilidad y diferencias en lo social que su empecinamiento acarrearía. Pero si de politizar hablamos, el expresidente Vázquez, que en su mandato rechazó la aplicación de la vacuna, salió a los medios a opinar doctoralmente sobre la conveniencia —ahora sí— de rever la opinión de sus colegas políticos en actividad, y ¡voilà!, ¡habrá vacuna! Además, y como una cachetada a la inteligencia y al sentido común, los argumentos de Vázquez son los mismos que plantearon los defensores de la vacuna desde la oposición, que fueron ignorados y criticados por el MSP. Más allá de que el Gobierno no disponga de un criterio de análisis de los temas vinculados a la salud, y su evaluación conjunta con lo que significa una inversión en ellos, lo llamativo y contundente es la irresponsabilidad del Frente Amplio en su actuación en la salud pública en general, y en este caso en particular. Ahora dicen que sí se vacunará, aunque no hay una fecha de inicio del plan. Aunque parezca mentira, parece que tenemos un plan, pero sin fecha, si eso fuera admisible en un planteo serio y con el estudio suficiente. No obstante lo dicho, y a pesar de todas las improvisaciones, nos alegramos sobremanera de esta marcha atrás del Gobierno, que en este caso, se encaminará por el camino de la sensatez, que supone además salvar vidas. Más vale no pensar en todo lo que no se avanzó con la vacunación y que podría ya haberse efectivizado hace mucho, si no fuese por los caprichos aparentemente ahora superados. Esto tuvo marcha atrás, pero los datos del ignorado informe que antes mencionamos, dan cuenta de situaciones en las que ya, definitivamente, no se tendrá esa suerte… |
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