Montevideo medieval |
Liber Trindade |
Montevideo medieval fue lo primero que pasó por mi cabeza al tener frente a mí lo que puede ser una trampa mortal. Allí, a un simple tropezón de distancia para cualquiera de nosotros, para un indefenso viejo o un ingenuo niño. Pero es que la imaginación de la gente está librada a buscar por todos los medios un poco de privacidad, de no encontrar cada mañana gente drogada en su puerta, que haga sus necesidades cada noche allí, de tener todos los días un basural. Todos aquellos que tienen un negocio experimentan cosas como estas todos los días, no pueden levantar sus cortinas, deben baldear sus veredas. Basta con recorrer Juan Paullier o Joaquín Requena entre 18 de Julio y Colonia para sentir el nauseabundo olor a materia fecal y orín, sumado a la basura pegada por todos lados, una postal que se expande por toda la ciudad. Hoy a la mañana un camión de la Intendencia de Montevideo, junto a dos autos de chapa particular, estaba detenido contra el cantero de Av. Italia e Hipólito Yrigoyen, donde había algunos operarios, custodiados por dos policías, desalojando de allí a unos indigentes que habían acampado hace semanas, donde hacían sus fogatas, con carpa incluida y con terrible basural a su alrededor. Situación no muy distinta a la de cada plaza, parque, vereda y otros espacios públicos o privados. El ministro Olesker seguirá predicando que este es el resultado del modelo económico neoliberal de los años 90, con ese chip instalado como único argumento para querer tapar el sol con una sola mano. Esto que está pasando es otra cosa, es un proceso de degradación del individuo que debemos atacar con un modelo no liberal, en que no se pueda hacer lo que nos dé la gana. Hay reglas en una sociedad que se deben respetar, no se puede confundir todo con atacar las libertades del individuo, ese es nuestro gran desafío como sociedad, incluir a toda esta gente. |
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