Estado y nación |
Daniel Volpi Avedutto |
La nación no nace de un pacto social, es un producto de la historia. Cuando tiene conciencia de un destino común y posee condiciones que la diferencian de otras, busca organizarse en un Estado independiente y soberano. |
La persona no puede vivir aislada, sola, por lo tanto es natural y lógico que busque la unión con otras personas vinculadas a ella por intereses comunes que pueden ser profesionales, artísticos, deportivos, etc. Esto constituye la sociedad. La célula básica de la sociedad es la familia, la asociación natural de padres e hijos; esta sufre la influencia del medio social en el cual se encuentra inserta y a medida que el hombre avanza en su cultura y desarrollo las relaciones se hacen más complejas; participa activamente en diversas sociedades a las cuales se siente ligado por distintas clases de sentimientos. Desde la prehistoria estas organizaciones humanas tenían una organización muy simple, unos gozaban de autoridad y por consiguiente mandaban, y otros obedecían. Por lo tanto había un principio de Gobierno, aceptado por todos y que se apoyaba en determinadas normas o leyes naturales anteriores a toda sociedad civil. Esta organización primaria de la sociedad sufre transformaciones en el transcurso de los siglos. La historia nos habla de la aparición de imperios, de ciudades que por su posición geográfica y por su importancia eran verdaderos centros de organización política de la región; más tarde aparecen las repúblicas, para llegar a la Edad Media con la organización de la sociedad feudal. Al finalizar este período llega la Época Moderna con la monarquía, lo que llamamos ahora Estado. Aristóteles decía que el Estado es una comunidad. Los individuos no están aislados dentro de él, sino que se vinculan entre sí formando asociaciones naturales y necesarias para poder lograr el desenvolvimiento de la personalidad. La célula primera es la familia; la base de la organización cívica es el municipio; funcionando como entidades políticas regionales, las provincias o departamentos; representando a las fuerzas de producción, nos encontramos con las asociaciones de profesionales, de oficios y de otras actividades. La profesora Sofía Corchs sostiene que la convivencia humana en la sociedad civil se asienta en las relaciones armónicas de estas instituciones, como partes de un todo que es el Estado, cuyo papel es contenerlas a todas y enlazarlas dentro de un orden jurídico-político para realizar un proyecto de bien común. En los siglos XVII y XVIII empezó a emplearse la palabra «nación» para expresar las particularidades y diferencias que se observaban entre los distintos pueblos que se distinguían como grupos homogéneos de gente vinculada por la raza y la cultura. La nación no nace de un acto reflexivo o de un pacto social, es un producto de la historia. Es necesario destacar que la mayor parte de las naciones están formadas por razas distintas, que algunas como Suiza hablan diferentes lenguas y otras, como Estados Unidos, profesan diversas religiones; cada una posee un territorio determinado, pero esto no es suficiente para que digamos que existe una nación. Es preciso que los habitantes de ese territorio tengan conciencia de que son distintos a los de otros países, que tienen en común una historia que se inicia con los orígenes de la nacionalidad y se continúa con los descendientes. Para poder llevar adelante esta empresa, es necesario un poder público que dirija, organice y efectúe la unión de todos, por eso una nación, cuando tiene conciencia de un destino común y posee condiciones que la diferencian de las otras naciones, busca organizarse en un Estado independiente y soberano. Y si fuerzas extrañas tratan de impedirlo, lucha heroicamente por mantener esa libertad con verdadero sacrificio para sus habitantes. Nuestra historia nacional es un ejemplo de esta lucha por conservar y asegurar nuestra nacionalidad. Para algunos autores, «Estado» y «nación» tienen el mismo significado. Si bien nación y Estado se usan las más de las veces indistintamente, pues comprenden iguales elementos, debemos admitir que nación comprende una comunidad de raza, cultura, y sentido de un destino común, y Estado es un orden jurídico-político, centralizado y autónomo que domina sobre determinado grupo de gentes y en un territorio dado; pero podemos destacar además que el Estado es algo más importante, es la sociedad civil, soberana, libre e independiente. La Constitución uruguaya en el artículo 1º define a nuestro Estado de la siguiente manera: «La República Oriental del Uruguay es la asociación política de todos los habitantes comprendidos dentro de su territorio». De ahí se desprenden los elementos que conforman el Estado: el territorio, el pueblo y el orden jurídico. Me viene a la memoria las inolvidables clases de la materia Educación Social y Cívica con la profesora Elvira Baranzano. Con ella aprendí el concepto de Estado, un concepto que dice que es el «conjunto de personas que habitan dentro de un territorio sometidas a un poder soberano». El Estado como organización política ejerce su autoridad dentro de los límites que configuran el territorio de su país. En ese espacio el poder estatal impone sus normas jurídicas; por eso todo Estado debe tener un territorio y no puede haber más que un poder que lo gobierne. || |
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