| El Plaza y la izquierda paqueta |
| Martín Bueno |
En el mes de enero hemos visto una muestra patética y despreciable de nuestros gobernantes, que pretenden usar dineros públicos para sus caprichos y gustos personales, dineros que se deben gastar porque no realizaron oportunamente su trabajo y lo que aún es peor, subestimando y agrediendo a los fieles de una religión como tantas otras. Las salas de espectáculos. El cine Plaza Los señores jerarcas departamentales y nacionales que han propuesto la expropiación del cine Plaza son los mismos a los cuales se les paga un salario a efectos de que realicen políticas públicas culturales. En este sentido, son ellos quienes deben proponer planes, proyectos, incentivos, leyes, etcétera, a efectos de incentivar y promover que las salas teatrales y de espectáculos permanezcan abiertas. Ahora pregunten qué han hecho por incentivar esta industria en los últimos diez años y la respuesta es nada. Hoy se rasgan las vestiduras pero en los últimos diez años no han propuesto ni un plan para incentivar la permanencia de estas salas. Incluiremos dos ejemplos claros y contundentes de hechos acaecidos. Se solicitó hasta el cansancio que las autoridades departamentales realizaran acciones respecto a las diversas personas en situación de calle que habitaban las puertas del cine Plaza. Claramente, la permanencia de personas viviendo en las puertas de una sala de espectáculos complica el funcionamiento adecuado de esta, ¿y qué se hizo?, nada. Si era tan importante el Plaza, ¿por qué no se lo cuidó y protegió, para que los asistentes y sus productores no tuvieran que lidiar a diario con personas en situación de calle? ¿Por qué no se puso guardia policial especial en los días de espectáculos en sus alrededores para proteger a los asistentes?, esta hubiera sido otra buena medida pero tampoco se hizo nada, debiendo los espectadores en altas horas de la noche salir y ver con qué se encontraban. Los productores de espectáculos deben abonar, aparte de todos los impuestos nacionales, el 9,09 % por concepto de impuesto al troquelado. Esta suma, que se abona sobre el bruto, no sobre el neto, es absolutamente un disparate, a tal punto de que muchos espectáculos se dejan de realizar porque es imposible abonar todos los impuestos nacionales y este impuesto departamental. En la Junta Departamental de Montevideo, solicitamos innumerables veces desde eliminar este impuesto hasta disminuirlo o modificar su forma de cálculo que es sobre el bruto, nunca obtuvimos respuestas. Solo y únicamente se exoneraban caso a caso aquellos espectáculos que el director de Cultura resolvía en su criterio personalísimo, siendo una vergüenza nacional y lo cual denunciamos todas las veces que ocurrió. Solicitamos decenas de veces un plan de criterios de exoneración para que todos tuvieran reglas de juego claras pero nunca llegó. Los mismos que hoy se escandalizan son aquellos que nunca hicieron nada desde sus posiciones de responsabilidad y competencia gubernamental, nunca hicieron nada y hoy se escandalizan. La tercera persona Luego de que estas personas, jerarcas departamentales y nacionales, no trabajaron ni tomaron acción alguna para incentivar o promocionar las salas, se les ocurre la fantástica idea de promover un petitorio para que el Plaza sea expropiado. O sea, el petitorio es para ellos mismos, porque si alguien quiere expropiar el Plaza los que deben tomar esa decisión y proponerlo al ministro o a la intendenta son ellos mismos. Son tan hipócritas que firman un petitorio cuyos receptores, por las facultades y competencias jerárquicas que tienen, son ellos mismos. Debería darles vergüenza la actitud que tomaron, ellos tienen tareas de gobierno, las cuales sustituyen por panfletos baratos de expropiación. Es como que el ministro de Economía comience una campaña de recolección de firmas para bajar los impuestos, debe trabajar, proponer y ejecutar ya que es su responsabilidad. Sería increíble que él se presione a sí mismo con una campaña de recolección de firmas. La izquierda paqueta Ahora resulta que hay un grupo de jerarcas de gobierno que creen que es bueno gastar cuatro millones de dólares en expropiar una sala de espectáculos. Como si el Uruguay no tuviera mejores alternativas para destinar dicho dinero, como si el Uruguay no tuviera el Solís, el Sodre, la sala Zitarrosa, Verdi o el Teatro de Verano y tantas otras en Montevideo y el interior de la República. En definitiva, es un capricho de una izquierda paqueta, que legítimamente le debe tener cariño a dicha sala de espectáculos y desea destinar fondos públicos para salvaguardar sus gustos personales. Estoy convencido de que la enorme mayoría de la izquierda uruguaya debe estar indignada con esos pseudojerarcas de izquierda. Y digo pseudo porque en vez de gobernar juntan firmas para que otros gobiernen cuando ellos son los responsables. La discriminación Para finalizar este episodio patético, tenemos la fuerte subestimación, rechazo y agresión a una religión popular. Como batllista, todas las religiones me merecen el total de los respetos y así lo hago día a día, cuando en realidad en la propia Junta Departamental cuando llegan exoneraciones a religiones se ven sonrisas y comentarios risueños. Estos jerarcas de izquierda parecen despreciar estas religiones que son sin dudas muy populares, ahora tienen una relación carnal y de profundo respeto con el umbandismo. Estos jerarcas de izquierda desprecian los actos de curación y ritos de exorcismo de estas religiones, pero respetan profundamente cuando la gente humilde gasta miles de pesos en dar ofrendas al mar el 2 de febrero. Nosotros respetamos todas las religiones por igual y en un país libre y laico tendrán el máximo respeto, nos gusten más o menos, no existe ningún elemento objetivo que las diferencie, todas son religiones y por lo cual todas tienen ritos, creencias, aportes monetarios, etcétera. En definitiva, el episodio del cine Plaza es triste y patético, los jerarcas deberían trabajar más y hacer un poco menos de circo. |
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