Editorial noviembre 2011 |
La primera edición de Al día estuvo cargada de mucha emoción, porque las cosas hay que hacerlas, pero también hay que ser capaces de disfrutarlas. Allí radica el secreto de la vida, necesariamente siempre hay que detenerse y mirar hacia atrás, no importa si el camino recorrido es más corto o más largo, el tema es lo que nos ha dejado, los obstáculos que debimos sortear, y lo aprendido para seguir eligiendo el mejor camino. Un mes ha pasado desde nuestra presentación, desde los gritos de alegría en casa al ver temprano en la mañana que Telebuendía de Canal 4 nos incluía en su revista de prensa y comentaba nuestra portada completa, junto a los principales diarios de nuestro país. Saber que fueron varias las emisoras que también hicieron eco de nuestra aparición, creo que transmite la seriedad con la que hemos tomado este lindo desafío. En un mes son muchos los temas sobre los que se ha hablado en nuestro país, temas importantes se han aprobado en nuestro parlamento, sin sorpresas en su resolución, pero con un elemento en común, los cincuenta votos del oficialismo estaban para acompañar estos proyectos a la hora de levantar la mano; lamentablemente para otra parte de la población, sus representantes, ocho o nueve diputados de la oposición, no estaban en sala para levantar la mano y por tanto incurriendo en una falta ante quienes creyeron en ellos depositándoles un voto de confianza para que estuvieran hasta último momento dando batalla a la hora de defenderlos. Pero el tema ante el que me rebelo es a no hacer algo contra la delincuencia y sus asesinatos, me niego a oír el argumento de que acá es un paraíso si nos comparamos por ejemplo con San Pablo. El problema es de ellos, el tema es qué hacemos nosotros, cada día más expuestos, cada día menos dueños de nuestras vidas. Acá no es el tema cargarle las culpas a nadie, sino ver cómo sobrevivimos. Dicen que el problema es de la prensa que es amarillista, pero es una gran mentira, porque en realidad la sangre de gente honesta que derraman cada semana los delincuentes lo que hace es teñir de rojo todo. En este sentido no puedo más que recordar a este hombre, Hipólito Altez de sesenta y seis años, que fue ultimado esta semana de varios balazos en la zona del Buceo. Andaba en busca de su hija que hacía veintisiete años no veía y aquí vuelvo al comienzo de esta editorial, a esos tiempos que debemos disfrutar, a esas decisiones que debemos tomar a tiempo. Hace pocos días un buen amigo me comentaba que había estado con su padre, puede parecer algo común, pero no habían tenido contacto en los últimos ocho años, ni idea ambos del paradero del otro. El nacimiento de su hija fue la excusa para tomar la guía y encontrar a su padre, lo que le dio a este último la posibilidad de conocer a su nieta. Que la delincuencia no nos siga robando nuestros momentos, nuestras vidas, por favor no nos acostumbremos a esta triste realidad, demos nuestra batalla por nuestras familias y no privemos a nuestros sentidos de vivir la vida «al día». |
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