Rompé, Pepe |
Liber Trindade |
Twittear |
|
En nuestra foto de portada mostramos los últimos vestigios del CH20 INVE, allí donde la Agencia Nacional de Vivienda dijo «rompé, Pepe» y envió a desalojar a todos los habitantes del complejo y tirar al piso no solo la construcción, sino la historia de un barrio y evaporar el arraigo de los vecinos. Solo pararse en ese lugar hace comprender el potencial del lugar en términos económicos, la belleza de su vista al Río de la Plata, hacia la rambla, es mágica, especialmente para los inversores. Lo concreto es que poco importó lo que pensaran los vecinos y se los realojó por todo Montevideo, a kilómetros en la mayoría de los casos de ese lugar, a todos les consta que el motivo de esta demolición fue preparar la zona para la instalación del edificio que se construirá a espaldas de lo que fue el CH20, que la propia Junta Departamental votó una excepción para que se pueda construir ese edificio, lo cierto es que solo es cuestión del paso de los meses para que comience a emerger esa construcción y confirme todas las hipótesis. Seguramente todos coincidamos en que el edificio se veía muy mal, es cierto que necesitaba más de un millón de dólares para su restauración (demolerlo y realojar costó casi nueve millones) y que seguramente lo mejor era tirarlo al piso y construir otro, pero lo que duele mucho es la forma en la que se hizo, a partir de una gran mentira, la mentira del peligro de derrumbe, en ese escenario no vimos a los sindicatos parando la obra, porque muchos operarios estaban sin protección picando desde su azotea con martillos neumáticos, en ningún momento de la demolición colapsó ninguna parte, lo que confirmó que el CH20 no se caía, al CH20 lo tiraron. Claro que este no fue un caso aislado de prepotencia, también se escuchó «rompé, Pepe» hace un año cuando demolieron la estructura de hormigón que acompañaba al mástil de la bandera en la Plaza de la Democracia, demoraron exactamente un año para reconstruir una plaza, a la que en términos generales se le hizo un pozo en el medio, la tierra que se sacó de allí se la amontonó para generar un cerro, se le tiró pasto arriba la última semana, se le colocó pavimento, nueva iluminación y algunos juegos. Cabe recordar que en 1930 se necesitaron nueve meses para construir el Estadio Centenario, por eso rompe más los ojos que en el mismo siglo XXI necesiten doce meses para remodelar una plaza. La inversión fue de 42.000.000 de pesos, según se había comunicado el shopping Tres Cruces aportaría USD 800.000 por haber obtenido el permiso para usar la plaza como estacionamiento durante toda la obra de ampliación que realizaron, lo que hizo que fueran varios años los que la plaza llevó cerrada al público, a lo que podemos agregar los meses cerrada por la vergonzosa instalación de tablados en carnaval, lo que a mi entender representa una verdadera falta de respeto a nuestro símbolo patrio. Pero sin duda lo que es una aberración pensando en términos urbanísticos es que se haya desperdiciado la oportunidad de hacer estacionamientos subterráneos bajo la plaza, teniendo en cuenta la necesidad que presenta la ciudad, en una zona donde se concentran hospitales públicos y privados, hospital Pereira Rossell, hospital Italiano, Médica Uruguaya, hospital Británico, clínicas a las que estos centros derivan a los pacientes, el propio shopping que no da abasto con su estacionamiento y que además tiene un diseño lamentable. Rápidos y presurosos antes de las elecciones procedieron a presentar en sociedad la remodelación, hicieron un acto en una tarde de mucho frío, que se desarrolló sin la bandera, se entonó el Himno Nacional. Se pasó a la oratoria de la intendente de Montevideo Ana Olivera, cuyo discurso se vio un poco extendido por el uso de las palabras, como queridas amigas y queridos amigos, muchos y muchas, queridas ediles y queridas edilas, por todas y todos, los vecinos y las vecinas, para todos y para todas, niños y niñas, ciudadanos y ciudadanas, algunas de las expresiones repetidas más de una vez, lo que habla a las claras de una forma inmoral de destrozar nuestro lenguaje, al mejor estilo populista latinoamericano (me remito al video http://youtu.be/brMTixTR9jg). Y tanto grito de «rompé, Pepe», apareció un mamado asustado que gritó «rompé, Pepe» con la Constitución y salí a hacer campaña que no llegamos, ya no da con los más de 80 millones de dólares que pusimos en publicidad oficial en los últimos meses. También se escuchó «rompé, Pepe» con la intención de más de de 1.087.700 de ciudadanos de bajar la edad de imputabilidad y aparecieron más de 47.000 votantes desde el exterior, que no tienen que salir a trabajar en Uruguay, que no tienen que estar con el corazón en la boca esperando que sus hijos lleguen de clase a salvo, que no tienen que estar esperando detrás de un mostrador de un comercio sabiendo que cada día juegan a la ruleta rusa y solo si los malandras quieren podrán volver a casa. En fin, lo último que escuché fue «rompé, Pepe» con la positiva y que en los próximos cinco años que Dios nos ayude. || |
Twittear |
Al principio de la página | Todos los artículos | Todas las editoriales |