Siempre hay caminos |
Leyla Martin |
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La cultura parece ser, en las actuales circunstancias, la puerta que está abriendo el venezolano para salir del agobiante tema político, la rutina y el estrés. |
En tal sentido, un abanico de posibilidades se muestra para todos los gustos. Todas estas actividades diseminadas también en otras zonas del municipio se acomodan a los diversos presupuestos del ciudadano «de a pie» y del «cosmopolita». Ojalá similares iniciativas sigan el ejemplo de un conglomerado de comercios, organizaciones y hasta medios de comunicación que participan en la interesante propuesta. Venezuela cuenta con una amplia y variada oferta culinaria, que recoge tanto lo autóctono como lo mantuano y la transculturización que supone la mezcla de razas que conforma su población. La inmigración de los 50 enraizó a miles de europeos, procedentes principalmente de Italia, España, Portugal, y aunque en menor cantidad, a franceses e ingleses, así como a árabes, chinos, etc., sumados a la más reciente afluencia de colombianos, ecuatorianos, bolivianos, cubanos y otras tantas procedencias. De los primeros, muchos fueron los que dedicaron su esfuerzo a la agricultura y posteriormente a la industria en el país. La economía venezolana se sustentaba principalmente en cuatro rubros: el maíz, presente a diario en su mesa; el cacao, del cual en la actualidad se estima que solo el 1 % se encuentra en los mercados internacionales, pero está catalogado como el mejor del mundo; la caña de azúcar, utilizada para la producción del endulzante, que increíblemente se está importando, también para bebidas, entre las cuales se destaca el ron, producto a nivel global reconocido y apreciado; y el café, que en el siglo XIX fue la base de la renta estatal, y que hoy lamentablemente también se trae de fuera en un 85 %, aunque parezca un absurdo. Desplazado después por el petróleo. Al deleite de la rica y diversa degustación gastronómica, con todo y la escasez y desabastecimiento de productos que confronta Venezuela en el presente y pese a las limitaciones económicas que sufren sus habitantes por la elevada inflación, se añade la actividad teatral, que ha proliferado de forma satisfactoria para los amantes del género. Bien dicen que en las crisis nacen las oportunidades y así ha sido para muchas de las figuras que otrora comprometían su tiempo en las telenovelas producidas para los canales privados (famosas fuera de la nación) y que también han mermado por la crisis, amén del cierre de canales de televisión, tal como sucedió en 2007 con Radio Caracas TV, al vencerse su concesión, que obligó a muchas actrices y actores a reinventarse e incluso emigrar. |
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