Narrativa / Poesía |
Publicada en Al día #32 Junio 2014 |
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El aviso |
Doly Hernández |
Allí estaba el muchacho, sentado frente a la mesa, leía los avisos de trabajo con atención, necesitaba con urgencia encontrar una ocupación. Carmen, su madre, fregaba los platos en silencio, se la veía cansada, todo el día había pasado fuera de la casa vendiendo por las calles, su hijo la observaba, ella hacía las tareas en silencio, nunca reclamaba nada, solo lo alentaba diciéndole «ya te vas a recibir, no te preocupes por mí», pero él sabía que el dinero no alcanzaba y que tendría que salir al mercado laboral. Héctor, que así se llamaba el joven, estudiaba con afán, quería recibirse de médico pero le faltaban por lo menos tres años —eso si le iba bien. Estaba decidido, intentaría estudiar y trabajar, de esa manera ayudaría a su madre colaborando en los gastos de la casa, pero ella no se debería de enterar, estaba seguro de que no estaría de acuerdo, ya que su única ilusión era que él se recibiera de doctor. Estaba decidido, mañana mismo se presentaría y si tenía suerte lo aceptarían, cualquier trabajo era bueno para ayudar en la casa, guardó el aviso en su bolsillo, besó a su madre y se retiró a su cuarto. A la mañana siguiente se levantó a las 06.30 y salió caminado prontamente para ser de los primeros en llegar y así fue, era él único, nadie más estaba esperando como aspirante a esa tarea, le pareció extraño pero pensó ¡mejor así!, se presentó con el encargado, charlaron un rato y cerraron el trato, solo tendría que estar paseándose entre las góndolas y observar pues según le dijo el hombre a los muchachos les gustaba robar pequeñeces y sin duda eso le daba pérdidas al negocio. Volvió caminando a su casa, estaba contento, el sueldo no era muy bueno pero ayudaría en sus gastos, ya le diría en su momento a su madre de dónde salía la plata, pero por ahora mejor no decir nada para evitarle disgustos. Pasó la noche nervioso deseando que llegara el nuevo día para comenzar su tarea, era su primer trabajo y se sentía feliz. A las 08.00 de la mañana en punto llegó, saludó a todos y se perdió entre las estanterías. A la nochecita Carmen llegó a su casa, se sentía cansada pero hoy le había redituado el día, haría la cena y esperaría a su hijo para comer y después a la cama. Encendió la radio mientras cocinaba, quería escuchar un poco de música, eso le alegraba el alma, estaba cansada pero feliz, había comprado para su hijo un regalo que él deseaba y ansiaba ver su cara cuando lo recibiera, su hijo era su sol, el motivo de su vida y quería verlo sonreír, de repente se interrumpió la música y se escuchó la voz del informativista que decía último momento, asalto a supermercado, dos delincuentes asaltaron un supermercado y mataron al guardia de seguridad en su primer día de trabajo, se ampliará la información en algunos momentos, Carmen movió la cabeza apenada y cambió el dial. || |
Tormento |
Leyla Martin |
Fugitiva esperanza Presa en la añoranza Enredada en los hilos Cavilando en los filos Así divaga el alma, |
Ciudad |
Ignacio Bassetti |
Hay una ciudad dentro del cuarto, Una ciudad para que se pueble Y del tiempo que pasó, Ni de lo que se perdió, |
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