• Inicio
• Suscribite
• Artículos
• Columnistas
• Archivo
• Distribución
• Lectores
• Facebook
• Twitter

En Uruguay desde el 2002 tenemos la Ley 17.514 que nos da el marco jurídico y nos muestra de qué manera puede darse esta violencia.

Violencia física: Es cuando hay daño a la integridad corporal de una persona.

Violencia psicológica o emocional: Es cuando una acción u omisión va dirigida a afectar la estabilidad psicológica o emocional de una persona.

Violencia sexual: Toda acción que anule o limite la libertad sexual por medio de la fuerza, intimidación, amenaza, etcétera. 

Violencia patrimonial: Toda acción u omisión que con ilegitimidad manifiesta implique daño, sustracción, destrucción, ocultamiento o retención de bienes, documentos o recursos económicos, destinados a coaccionar la autodeterminación de otra persona.

Si tenemos en qué asirnos, ¿por qué no denunciamos? Tenemos que ubicar la violencia como una situación nunca aceptable, para la que puede haber una salida, eso le debemos trasmitir a la persona maltratada, ayudarla a visualizar la situación de violencia e identificar sus recursos personales en busca de alternativas.

Estudios realizados por organismos internacionales de salud, indican que las víctimas de violencia doméstica tienen más problemas de salud, generan más gastos de asistencia y concurren más frecuentemente a urgencias que las personas que no sufren maltrato. Socialmente enfermamos todos… cuando la violencia de género aflora cada vez más en nuestro país.

Por eso siempre proponemos políticas de detección precoz y auxilio inmediato en la primera infancia, abordaje psicológico individual y familiar. Tenemos leyes que deben protegernos y a ellas debemos recurrir.

Anímense a denunciar, a nivel personal  o comunitario... Juntos podemos prevenir y erradicar la violencia.