Conservar las tradiciones |
Leyla Martin |
Pareciera, por el ritmo que tienen nuestras vidas en los actuales tiempos, que el reloj corre más deprisa. Dadas las controversiales condiciones en que se encuentra el mundo en general, los ciudadanos ven pasar uno tras otro los años, sin que dé tiempo a tomar conciencia exacta de ello. La modernidad tiene sus bondades, sus beneficios y sus satisfacciones, pero la vida del hombre se ha vuelto demasiado precipitada, perdiendo el placer y el privilegio de gozar momentos y situaciones que, aun siendo cotidianas, fortalecen los lazos familiares, los afectos, la espiritualidad, la salud, la propia vida. En ese marchar sin tregua de las horas, los días y los meses, casi sin darnos cuenta… llegó diciembre de nuevo, y con él las celebraciones y los festejos propios de la época. Así, en estas festividades decembrinas, es necesario reflexionar al respecto y demostrar con mayor énfasis el amor que tanto merecen nuestros seres queridos. Familiares y amigos sentirán la alegría de lo compartido, de lo vivido en comunión, del calor manifestado en acciones simples pero que sin duda consolidarán los afectos, los valores, los principios, tan desperdigados por la aceleración del acontecer en la actualidad. Las tradiciones representan una excelente oportunidad; y es quizás la Navidad una de las más representativas costumbres que ha perdurado durante siglos y que de algún modo mueve nuestras emociones, abre nuestros sentimientos, nos sensibiliza, une a la familia, borra rencores, hace florecer el perdón, nos impregna con su magia renovando los buenos propósitos, los proyectos, la ilusión, el cariño, la bondad, hace que renazcan nuestras mejores intenciones. Retomando algo del pasado, de las raíces, sembraremos algo mejor para el futuro, para nuestra posteridad y nuestro contexto. Como efecto multiplicador, si cada uno insiste en ello, repercutirá en el gran hogar; ¡este orbe en el cual vivimos! Brindemos entonces por la simplicidad de las costumbres y rescatemos de ellas lo bueno que podemos aportar para ser sobresalientes ciudadanos, superiores amigos, mejores vecinos, excelentes miembros de nuestras familias, ejemplo para nuestra descendencia. ¡Que viva la Navidad y que sus destellos nos iluminen para seguir adelante en procura de un mundo mejor para todos! || |
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